El ave azul



EL AVE AZUL

"Nadie puede decirme qué ave es esa, la que canta en mi alma.
Sus plumas no tienen color ni dejan de tenerlo.
No tiene forma ni perfil.
Se guarece a la sombra del amor."
Kabir


¡Cuánto has luchado, guerrero!
Se ven las esguirlas de la duda, del miedo,
de la ira,
en mil sombras derrumbadas tras de ti;
la sangre de la soledad, la uña de la traición,
el roto pantalón de la locura,
yacen,
a lo largo del camino.
¡Cuánto has luchado!
Hasta volcar el granizo de tu grito en las praderas.
Hasta llenar el pozo ciego de tu garganta
con mareas de amor.
¡Cuanto has luchado!

Luchador,
el ave azul se escapa,
luchador,
te canta en los labios y se va,
y tú mueres,
una y otra vez,
con tu inocente piel vencida,
en pos de ella.


*
 
 
Maite-Volarela

                                                                        
                                                        

                                                             Fotografías y pintura: Volarela
                                        
"Solo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira más lejos". 
 
 
 

Ortega y Gasset

                                                                      



Cesó...


CESÓ

Cesó el dolor.
Alguien apagó su constante taladrar la vida.
Se fue,
instantáneamente,
de repente,
como cuando se enciende la luz y se evaporan los fantasmas.

Y de pronto tus ojos brillaron con la solemnidad del mar.
Y de pronto estalló la voz del otoño en las fuentes.
De pronto, oías tu respirar.
tenías mano, latido, beso,
fluía tu piel hacia otras pieles...
Podías sentir la risa infantil del día golpeando los cristales:
era el sabor de la gloria
acercándose...

De pronto, la vida comenzó a andar
y andar y andar...
taconeando con eufórica fuerza,
y oías la maquinaria de su reloj a todo volumen:
Llegaba decidida a empaparte de instantes.

Tu sangre volvía a cubrir las autopistas del mundo,
tus ramas se llenaban de pájaros,
tus alas desplegaban todo su terciopelo de claridades...
Sabías a viento resucitado,
y nada podía detenerte.